domingo, 25 de julio de 2010

Lágrimas desprevenidas

El viento, el sonido del mar, su color...
parecía que poco a poco iba a ascender.
De pronto la emoción me invade, las lágrimas se acumulan en el lagrimal.
Me resisto.
No. No. No quiero sentirlo. Son mis pensamientos.
De nuevo el pasado me acecha.
Te echo de menos. Ahora no tiene sentido, me digo.
Respiro, intento controlarlo, y... ¡ahi está!
La vida me sorprende.

Una bandada de pajarillos alzan su vuelo desde la vegetación que baña el acantilado, mis ojos lo contemplan y ellas empiezan a brotar.
Son lágrimas dulces, conscientes y maduras.
Está todo bien. Todo es perfecto y estoy donde debo estar. Voy hacía donde debo ir. Me siento ligera, liviana y sigo caminando,
dejando que el viento me acune, que el mar me cante.
Camino y camino y dejo que todo pase.

Y pasa sin arrollarme.

Los cambios han surtido efecto, gracias a la vida que ante mi se abre como un abanico, para decirme que este es el camino que necesito para seguir creciendo.
Y olvidándote.



"Gracias a la vida" voz: Mercedes Sosa


Gracias Aldraba. Gaya julio 2010

2 comentarios:

matrioska_verde dijo...

esas lágrimas dulces y serenas son de las que limpian el alma por dentro y te renuevan.

hay que agradecerlas.

biquiños,

Anónimo dijo...

QUé triste....
Odio los cambios en mi vida....
MUakk