jueves, 30 de junio de 2011

En un país my lejano

En un país muy lejano, sus habitantes al levantarse el sol se vestían de color para darle la bienvenida, los niños andaban y andaban hacia las escuelas donde al llegar rezaban su oración.

Las abuelas salían  a segar los campos casi impensable para muchos de los que habitan mi país. y bastaba mirar sus rostros para saber que aquellas abuelas fueron niñas durante poco tiempo.

los ojos de los habitantes de aquel país tenían esa profundidad que solo la elevación del espíritu es capaz de aportar.

No importaba lo que tu mente era capaz de inventar y sentir, no tenía sentido la queja del que visitaba ese país, porque en ese país uno aprende que la vida es maravillosa por solo tener la posibilidad de vivirla.

Muchos me preguntan si pueden visitar este lejano país,  a lo que yo respondo que solo son necesario los ojos del alma  para poder ver la belleza de todo lo que allí acontece. Si el  hombre de este país se  cree grande por lo que es o posee, descubre pronto la pequeñez de sus creencias y si abre bien los ojos se impregnará de la magia de los habitantes de ese inmenso país.

Porque en ese País la vida es dolorosa pero ellos tienen la virtud de vestirla de colores alegres, de magia, de espiritualidad y de un amor que atraviesa tu ser.

Gaya.